La historia del Club Deportivo CAVEROCK empieza en el mes de mayo de 2002. Todo comienza con un grupo de amigos que deciden construir una sala de entrenamiento para poder tener una sede donde reunirnos y unificar criterios en esto de la escalada deportiva.
En un principio nuestro mayor problema era el económico pues partíamos de que nuestro nivel adquisitivo era bastante pobre. Pero como en todo, con una buena gestión y ganas de trabajar altruistamente las cosas fueron saliendo poco a poco.  Nuestras instalaciones  en esos momentos eran caóticas pues dependía todo del grupo de amigos, en el que no sumábamos mas de 20, pasando por las obras de la construcción del rocódromo el cual se tuvo que dividir en dos partes ,para económicamente poder hacer frente a los trabajos.

Pasan los primeros ocho meses de la apertura del rocódromo y tenemos como colchonetas una cantidad de colchones que nos ceden de un hotel del sur de la isla, al cual estamos muy agradecidos. En los siguientes dos meses nos ponemos nuevamente manos a la obra para intentar acabar el proyecto, que trae muchos quebraderos de cabeza a la directiva por la falta de medios económicos, pero gracias a unas pequeñas derramas se puede hacer frente a la falta de medios.

En el siguiente año, la cosa no pinta bien, pero la captación de nuevos socios hace posible que nuevamente salgamos adelante. En este año, ya somos 70 socios, y en una reunión decidimos hacer la inversión más grande de todas: comprar las colchonetas.

Viendo que el club está teniendo una buena aceptación y que la gestión funciona, nos lanzamos a por las colchonetas, aún sin tener el respaldo de ninguna organización externa al club. En los dos primeros años de Cave Rock, el cómputo total de las inversiones asciende a unos 15.000 euros, sin contar seguros, alquileres y demás gastos que ocasiona el local. Todo el dinero sale de los socios, que ayudan siempre a que todo se pueda llevar a buen puerto.

Para poder llevar una mejor gestión del club, nos vemos en la obligación de imponer el pago único, es decir, el socio pagará por adelantado el año en curso, y en el precio irá incluido el importe de la tarjeta federativa de montaña. De esta forma, sí que empezamos a ver nuestras arcas con dinero, porque antes la economía del club perdía con los socios que no pagaban oportunamente mes a mes. Ya que el club empieza a ver mucho más dinero del que imaginábamos, nos vemos en la obligación de invertirlo en los escaladores: decidimos colaborar con los ayuntamientos que quisieran fomentar la escalada, centrándonos en La Laguna y Arico, ya que en este último municipio se encuentran el mayor número de zonas de escalada de la isla.

Teniendo buenas relaciones con el Ayuntamiento de Arico, preparamos el primer Maratón de escalada, que tiene una gran aceptación y al que se desplazan escaladores de todo el archipiélago para poder participar en el mismo. Esta aventura se repite tres años consecutivamente, pero en el último de ellos el club hace un gran desembolso de dinero y cuenta con muy poco apoyo del ayuntamiento.

Seguimos trabajando y nuestras expectativas ahora centradas en sacar adelante el Primer trofeo ciudad de La Laguna de escalada en bloque, una de las modalidades de la escalada deportiva. El ayuntamiento nos ayuda con 600 euros, muchas ganas y muchas marcas comerciales y como no podía ser de otra manera el club vuelve a poner muchísimo dinero para que este evento salga adelante. (Cuando decimos mucho dinero, queremos decir que el club puso aproximadamente unos 2000 euros).

Da comienzo el 2004 y nos ponemos en marcha para traer a la mejor escaladora del momento y que nos dé una conferencia de sus andaduras en esto de la escalada deportiva. Lo conseguimos gracias al apoyo de  marcas comerciales y el de la Federación Canaria de Montañismo, pero este evento se ve eclipsado por los atentados de 11 de marzo de 2004. La charla  tenía lugar el 12 de marzo a las 19:00 horas en IES La Laboral de La Laguna. A pesar de lo ocurrido, la escaladora Josune Bereziartu decide venir con su proyección, a la cual acuden bastantes escaladores de todo el archipiélago, dejándonos muy satisfechos a todos los presente en esta conferencia de sus andaduras por el grado.

En los siguientes años el club se ve inmerso en actividades, ayudando al OAD La Laguna en su proyecto de Laguna Aventura, con el cual participamos activamente en prestar material de escalada y ayudarlos en todo lo que pudimos.

Desde que el club es capaz de gestionar bien el dineros, nos vemos en la obligación de empezar un reequipamiento de nuestras zonas de escalada, esto quiere decir cambiar todos los anclajes a los que nos aseguramos los escaladores, y que son realmente los que nos mantienen en caso de una caída repentina. Teniendo en cuenta que teníamos contactos, nos comprometemos con la casa de oficio de proyecto Hombre a cederles nuestras instalaciones, y ellos nos darían a cambio material de reequipamiento. El valor del mismo en el cómputo total  de los años que estuvieron trabajando con nosotros, ascendería aproximadamente a unos 5.000 euros. Por supuesto el rocódromo también compraba material, independientemente de la cantidad que la casa de oficio nos diera. También contribuyeron a limpiar las presas artificiales de nuestra instalación durante tres años consecutivos. Estas presas son los agarres de los que nos sujetamos en el rocódromo, y en total hay unas 3.000. Esta labor se hace todos los años y coincide con la competición de bloque de La Laguna.

Para poder aprovechar el material de equipamiento, debemos comprar un taladro, y la adquisición de esta máquina asciende a unos 1.200 euros, pero podemos hacer frente al gasto y seguimos abriendo nuevas vías de escalada, contribuyendo de esta manera a fomentar nuestro deporte en donde nos gusta estar: en la naturaleza.

Seguimos prestando nuestra colaboración y por dos años consecutivos organizamos el campeonato de escalada de Santa Úrsula. En el último año que organizamos el evento, decidimos hacer la pequeña semana de la montaña, que era una versión similar a lo que la federación estaba poniendo en marcha. La diferencia es que en la que organizamos, desde el club  dábamos prioridad a todos aquellos deportistas canarios que por sus meritos deportivos nos pudieran ofrecer una buena proyección de fotografías y unos buenos comentarios. A estas proyecciones acuden Diego Amador, Alberto Peláez, Javier Martín y Raquel Hernández. Todos ellos son referentes de la escalada en Canarias, cada uno en sus distintas modalidades de la escalada.

Las relaciones con este ayuntamiento se rompen, se hace muy difícil cobrar las facturas y nos dejan a deber unos 1000 euros aproximadamente. Viendo que esto no funciona, nos vemos en la obligación de abandonar todos aquellos ayuntamientos que no quieren que este tipo de deportes salgan adelante.

Nos centramos en el ayuntamiento de La Laguna y con ellos decidimos llevar el trofeo de la Ciudad De La Laguna lo más alto posible y por supuesto lo hemos conseguido. Es uno de los campeonatos que mas afluencia de competidores y publico tiene, y desde aquí quiero agradecer todo el apoyo que nos da el OAD de La Laguna.

En el tintero siempre se quedan una gran cantidad de cosas que no se dicen, pero tengo que decir que esto no es lo único que hemos hecho desde que el club se fundó. También hay que mencionar ayudas a deportistas, competiciones, reequipamiento, aportaciones económicas para la mejoras de nuestras instalaciones en la naturaleza, ayudas a otros colectivos de escaladores de otras islas, y como no, el sufrimiento para que año tras año nuestras arcas estén llenas y se puedan organizar todo tipo de eventos.

Quiero dar las gracias a todos aquellos que nos han apoyado y a los que no lo han hecho, porque de esta manera sabemos quiénes son aquellos que ponen sus intereses privados por encima de cualquier cosa…
Pero ahora no es el momento de hablar de esto, es momento de agradecimientos, a todos los escaladores de Canarias, a todas las entidades tanto públicas como privadas que han hecho posible todo este tipo de eventos que organiza el club, a las Federaciones y sobre todo a todos los socios del CAVEROCK  que realmente son los que han hecho posible que el club siga abierto. No lo dudéis, seguid pagando cada año para que esto siga funcionando.

Esta es la pequeña historia de un club de que me siento muy satisfecho; año tras año veo que las cosas van a mejor, pero hay que recordar que esto no fue siempre así y que tenemos que seguir unidos aunque nos cueste asimilarlo. De esta manera podremos luchar por conseguir mejores instalaciones deportivas en la naturaleza, ya que el trabajo de muchos equipadores depende de nosotros. Ellos han contribuido a que nuestras escuelas se llenen de visitantes de todas partes del mundo, y ya va siendo hora que nuestros políticos se pongan a trabajar para que de una vez por todas tengan en cuenta que este deporte, aunque parezca minoritario no lo es, y que el escalador gasta mucho donde quiera que va.

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José Francisco González